Miraba en la distancia tu sombra desde la mía desplazando ese instante de tortura inoportuna al recrear la inamovilidad de mi ser y la tension en el corazón que me genera el vacío al mirarte. Observo tus pupilas destellar, dilatarse contra el crista. Es difícil, quizá confuso e inexplicable la remota definición del por que sucede una evasion de nuestras emociones al ignorar la realidad. Implícito el papel del deseo, tácito de tu mente.
Llamémosle las consecuencias de actos pocos discretos, desesperados y por que no, inapropiados, para mediar una comunicación incoherente que obliga a terceros a coaccionar entre nosotros para que, de manera tal, se susciten los sucesos previamente esperados por ambas partes de un todo.
Mi caja esta llena de nada, vacía de todo, y aunque intente abrirla para un tercero y adaptarme, no quiero... o mas bien si quiero... o mas bien... La ansiedad abruma esas palabras tras concretar hora y fecha de los actos pautados con antelación. Termino por encontrar mas cómodo la acogedora idea de la desigualdad, la huida y la evasion, evidente decepción. Empiezo a pensar que la mejor opción es estar acorralado y sin salido.
Hoy volveré lejos de tu lado, adoptando la distancia que nos separa como el vinculo que mas nos une hasta que la costumbre nos derrumbe.
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