jueves, 26 de noviembre de 2015

Laberinto.

La noche seguía en los ojos de la inocencia que sin despertar fue mutilada en la esperanza que intento sembrar sobre una amarga llanura acomplejada. Pasos que repiten el rechazo, palabras enjauladas de indiferencia. Quizás la tumba esta sellada en su complicidad. No hay rosas nuevas para el marchitar de este descanso, las flores y sus colores se opacan en su similitud, sufren en las descargas que irradian estas espinas en sus enredaderas.

Mil caminos sin respuesta se derrumban inexplorados, el polvo los deja en el olvido, y en su olvido parte mi camino. Elegancia y subterfugio sin motivo para engañar sutilmente el envenenado estatus  que reduzco a buscar algún fantasma en las pieles que se arrebatan en mi cama tras una entrevista apasionada a prueba de fuego, blindada en oro, tallado con las palabras indicadas... siempre con las palabras indicadas, inadecuadas, exoneradas de clemencia, abrazadas de locura, de presencia, de rechazo al sabor del amor que despliegan a mi alrededor... curiosamente, tengo mil palabras también.

Puede que así esta bien, o tal vez no... tal vez de esta agonía puedan surgir horas violentas cargadas de descripción innecesaria, pero ya estoy bastante cómodo con esto. 
Mirar atrás es cuestionarme... Realmente es esto lo que pienso de mi?





domingo, 22 de noviembre de 2015

Rompiendo los cambios.

Los huesos se sacuden, se revientan. La saliva se nos llena de olores, sabores y sensaciones. Desnudamos las manos buscando en las murallas del sarcasmo que nos repele, una baldosa de cortesía, vil empatia. Somos seguros de una sonrisa turbulenta infestandonos de lejanía, soledad lunar en agonía...

Te muestro mis entrañas. Antes de que acabe este ébano te escupo mi vida. Dentro de su retorcida complejidad, te ahogo, te hago parte de ella y sus delirios, quemando tu arrogancia. convirtiendo la intuición en materia, transmutando las letras en presencia, desenfundando la lengua que te quema, para ti tu calma y vibras, tu no, tu ser y tus lados.

Nos tragamos los impropios del drama mutilado en amargura, se nos empaña la soledad en la frescura de la muerte, en la enfermedad sin enfermar con cada parte que se aleja, que se va, que se nos pierde. Nubes grises sobre tus rosas negras nadando sobre tu lecho, creyendo poder llegar a un lugar sin claridad obviando la realidad y sus penas...

El fuego acota las lagrimas que exclaman el despojo de una posesión inoportuna, el infortunio de los amantes, el suicidio prescrito sobre la bondad de una promesa. La culpa se entierra sobre tu piel, desangras mi nombre, desangras mi amor frente a sus ojos. Desviste la mentira... o vívela de por vida.