Por que nos pasamos la vida contemplando como se nos escapa la misma... contemplando el reloj de arena vaciarse en nuestras cuencas. Nos adentramos en la miseria de la duda hasta tapar nuestras esperanzas... nos gusta contemplar ese ideal perfecto de lejos. Apreciar... querer...adorar, eso que asumimos jamas podremos llegar. Lo añoramos en la lejanía, en nuestras cómoda zona de confort por que sabemos que desde ahí, en nuestra esquina, jamas podrán dañarnos, después de todo la gente huye de lo desconocido, nos materializamos con el aire, somos un puto ninja al asecho de nuestra presa, somos invisibles.
Lentamente la locura se apodera de nosotros, por todas las cosas que jamas llevamos a la vida y los días que se han esfumado. Aguardamos con la esperanza de que algún día una tirada de dados nos replique que hemos ganado, que la puntuación esta a nuestro favor, y que sobre todo, finalmente caerán a nuestros pies esas plegarias.
Es que... como nos encanta la fantasía ajena... En esa fugaz mirada desnudarnos, poseernos en la acera, en medio de la carretera, en el pasillo... ahí. Flotamos bajo el agua cambiante de nuestros recuerdos momentáneos recordando aquel perfume que nos dejo el reflejo de una pasajera silueta que asociamos a lo divino, a la pureza. Entonces pensamos que avanzamos por un campo minado... como si cualquier paso en falso fuese a decidir nuestro destino. Ayer supuse que una mirada cambiaría mi vida. Hoy pienso si volveré a admirar dicho momento.