Despertó en esta mañana de colores, un tapiz de estrellas y entre mil marcadores, rosas blancas y rojas por montones le bordeaban hasta los talones.
El ambiente tenue se evaporaba lentamente. Oía las horas pasar impacientada, claro, de poder detenerlo y parar, entonces ya no podría parar.
Aquellos labios sobre su cuello dibujaron el recuerdo en vino tinto que por las noches tanto anhelaba, sus brazos desnudos entre la tinta se sumergían.
Abriría los ojos para ver con que se encontraría, una fémina silueta con un beso le callaría y sus pezones erectos por el frió ya no seria.
Las miradas fugaces se cruzaron como por casualidad, ¿que hacia ella ahí en ese momento y ese lugar?. De irrelevante importancia para ella esta información seria, al fin y al cabo, frente a sus ojos tendría a su predilecta deseada.
-¿Que quieres que te diga?... la imaginación me pone ridícula- Un hilo de voz delicado y sutil se escaparía de sus adentros para sonrojar la tez pálida de su pequeña insípida.
....Los prejuicios llueven como pastillas para la mente... da igual que les resulte indecente...todo esta en ser inteligente. Ten cuidado en esta noche.
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