domingo, 17 de agosto de 2014

Amantes muertos.

Volvemos a las andanzas, a las viejas buenas, malas mañas, los viejos días en sepia, en blanco y negro en los que me perdía con la tinta de una pluma deslizada sobre el papel sumado a un enigmático aroma a todo y nada que me dejaba tu antinatural presencia.

Como un bosquejo de mis pensamientos escupía algunas letras sin rumbo dedicadas a seres increíbles que ni yo mismo me creía, situaciones en las que me veía, mas bien me desvanecía. 

Las frases se hicieron ancianas, se añejaron en mi boca... se perdieron y volvieron. No es que nunca quise esto en serio, pero supongo que en algún momento escribí con la intención de llegar a un fin.

En compañía siempre de una dama y mil pensamientos de esos inmutables. Cada movimiento, cada palabra, cada acción, quedan marcadas sobre el lienzo desnudo de tu alma.

Las premisas se hacen inevitablemente ciertas a lo largo de mi recorrido entre tus muslos, nuestras vocales revuelan en el ambiente. 

Nos molestan los vecinos, nos da igual,  pues al final de la noche no habrá nada que encontrar para culparme de tu ausencia...nunca imaginaran la eternidad de tus besos ilusorios 

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