La realidad esta distorsionada, y tal vez yo tenga bajo la lengua las palabras para explicarlo.
Asumiendo que cualquier tiene la razón si justificamos los argumentos, cada respuesta es valida, es correcta. Aveces no reconocemos el rastro que marcamos, y las decisiones las dejamos a la intemperie fantástica, irreal, de que la marea se torne a favor y nos depare un buen destino. Me perdí, y al perderme te perdí a ti. Espere en la oscuridad a que volvieras, tan fácil, tan mundano, un pensamiento tan básico expuesto abiertamente, por que hoy quiero ser preciso.
Utilizare esta agonía para abordar mi tristeza, y así, poder dibujar una sonrisa sobre estos labios, quizá sea el ultimo argumento para soportar la pena de mis acciones en la espera de tu presente ausencia. Resultaste ser una obra maestra encadenada al amor, y entre versos nos entendimos. Te leí, y eres una poesía, una envolvente creación que espera una ilusión con la violencia de un suave amor. Lo admito. Te pienso. Te detesto. Te deseo.
Y así cambiaste mi naturaleza, aunque no dejare de ser tormenta, hoy por hoy soy una ventisca... por que un día puede ser un año algunas veces. Y un año una eternidad. En el cliché rebuscado de un pensamiento repetido y gastado lo admito, y lo admitiré hasta que se me olvide y pueda arrancar finalmente tu maldito nombre de mi cabeza.
Aun así. Se que quieres unos helados, yo te invito. Aun cuando ni siquiera los deseo.
