Cuando la incertidumbre se blanqueo como un papel al exponer mis ideas esbozando una copa vaciada en espacios rotos. Donde mil cuadros desnudaban su arte exponiendo un lienzo virgen a punto de cicatrizar por devoción.
No se en que momento de mis días olvide que conmigo la vida era suficiente y no necesitaba otra saliva sobre mis labios.
A ciegas, nos abrimos paso lentamente sobre el barandal del que penden nuestras ilusiones. Lentamente el tiempo se desploma sobre nuestra piel y los pliegues de amor se burlan al revolotear.